Tertulianos e información-espectáculo
Estas semanas trabajo en un proyecto de investigación sobre los tertulianos en los medios de comunicación en España. Durante el trabajo de campo, una tarea que, a pesar de lo que parecía en un primer momento, puede hasta poder calificarse de divertida -dentro de ciertos límites-, he constatado que es muy reducido el número de tertulianos que se pasea por los platós de televisión y por los estudios de radio para ofrecer su análisis sobre los temas más relevantes de la jornada o de la semana.
De lo que se puede deducir -en un análisis superficial- que el ser tertuliano en los medios de comunicación en España se ha convertido en una profesión, supongo que bastante lucrativa a tenor de la pasión con la que algunos ejercen su papel, y se ha desvirtuado en cierta medida la filosofía de esta figura. ¿No deberían ser los tertulianos profesionales cuya actividad principal les haga estar en contacto directo con la actualidad informativa -en el Congreso, en los juzgados, en las Redacciones, en la calle…- para después poder aportar un punto de vista con valor añadido en las tertulias?¿Cuándo ejerce su actividad principal un tertuliano si pasa la jornada de debate en debate?
En mi opinión, estos tertulianos -no ellos, sino el papel que representan- son una figura más de la información-espectáculo que ocupa ya casi todo y poco tienen que aportar al público a la hora de analizar los hechos que le atañen, más allá de lo que puede conocer por sus propios medios el ciudadano de a pie. En la mayoría de las ocasiones, poco se diferencian las opiniones que vierten los tertulianos en los platós o en los estudios de lo que cualquiera puede comentar en la barra del bar o en el café de media mañana. ¿Están estos tertulianos a la altura de una población cuya tasa de universitarios supera el treinta por ciento y que dispone de numerosos recursos tecnológicos para informarse? Yo creo que no.
Hola Mar,
Desde luego, en una sociedad que ofrece tantas formas de acceder a la información como la actual, el acudir o no acudir a la Universidad no tiene porqué implicar mayor nivel intelectual; pero quizá el dato de universitarios sí puede orientarnos acerca de que el nivel intelectual tiene opciones de ser alto.
(Gracias por leer el blog¡)
Lamentablemente, el ser universitario en este país no implica estar a mayor altura que otros intelectualmente. Hay universitarios que saben más detalles del programa de Gran Hermano y de sus concursantes o exconcusantes que de lo que ocurre con las preferentes o con la reducción del presupuesto para cultura o sanidad. Hay universitarios que protestan más porque Whatsap cobra cerca de un euro por la aplicación que porque el Sergas te cobre ahora varios euros por hacerte la tarjeta sanitaria si la pierdes o porque te tenga en lista de espera meses y meses para ir a un especialista.